domingo, 15 de mayo de 2016

Chiapas, un viaje esperado.

"It´s a dangerous business, Frodo, going out your door. You step onto the road, and if you don’t keep your feet, there’s no knowing where you might swept off to."



Así que ahí estaba yo, arrastrando una maleta demasiado grande y estorbosa, por toda la terminal 2 del aeropuerto internacional. Eran alrededor de las 4:45 de la mañana. Tenía sueño, la noche anterior no había logrado conciliar el sueño sino hasta pasadas las 12. Pero estaba emocionada.

Había ido muchas veces de viaje con mis papas, ya me había subido en aviones antes. Pero esta vez todo era diferente. Esta vez tenía edad de recordar, y la magia de la tecnología para hacer que durara. Además me dirigía a una de las partes de este país que mas había soñado visitar, alguna vez incluso lo plantee como destino de mi luna de miel. Así que somnolienta, y feliz seguía a mi papa a través de los procesos para documentar equipaje y las revisiones de los oficiales. Fue bastante rápido a decir verdad, esperaba que me llevara horas hacer todo eso, pero en cuestión de media hora mi papa y yo nos dirigíamos a la sala de espera de la puerta 7.

Mientras esperábamos comencé a leer nuevamente "El silmarillion". Perdida en la creación de la tierra media pasaron los minutos, hasta que finalmente llegó la hora de abordar. Emocionada, y confieso, casi corriendo me puse en fila para abordar. Busque mi asiento y me senté a mirar por la ventana. Esperando que el avión despegara se me hizo una eternidad, solo quería irme ya, huir de la ciudad, perderme en el mundo real, en paisajes de verdad.

El avión despego finalmente. Yo no entendía porque la gente se mareaba al subir a los aviones, en ese momento lo entendí, no me mareé, pero esa sensación de que tu cerebro se queda en el piso y tú te elevas es muy curiosa. Durante el camino fui viendo como cambiaba el paisaje a medida que avanzábamos. Aunque claro, primero tuve que ver la finísima capa de smog sobre la ciudad. Trate de no pensar en ella.

Una hora de vuelo. Rápido, pensar que en automóvil eso hubiera llevado un considerable tiempo más, me alegré.

Y ahí estaba, en el pequeñísimo aeropuerto de Tuxtla, emocionada mientras mi papa saluda a sus amigos y compañeros de trabajo y me indicaba nombres y puestos, y ocasionalmente anécdotas. Sobra decir que me aprendí solo 2 o 3.

Los autobuses nos esperaban afuera del aeropuerto, subimos al segundo autobús y comencé a grabar el camino. Aunque a decir verdad, no había mucho que grabar. El recorrido del aeropuerto, al mirador al que nos dirigíamos a desayunar, es de una hora próximamente. El paisaje se veía seco, ocasionalmente se veía alguna casa, pero en general, no se veía mucho. Solo un gran letrero daba la bienvenida a Chiapas.


PARTE 1: CHIAPAS ES ÁMBAR

Al llegar al mirador sentimos alivio, por desgracia estábamos a 30° y el aire acondicionado del autobús no servía, así que cuando nos bajamos y sentimos el aire fresco fue toda una delicia. Después de situarnos en una mesa justo delante de una puerta para refrescarnos, esperamos a que las demás personas se acomodaran. Los organizadores nos dieron unas breves palabras de bienvenida y comenzó el bufete.

Tamales, cochinita, huevo con jamón, huevo con longaniza, tlacoyos, quesadillas, plátanos fritos... ¿Por dónde empezar? Desayunamos bastante bien. Mi papa converso con sus amistades. Yo escuche a medias. Al terminar de desayunar fui al mirador, desde lo cual se veía esto...



Hacia bastante sol, pero a decir verdad pienso que el calor de Izcalli es más sofocante. Mirador Tuxtla Gutierrez -Copoya.




Un poco de sobre mesa y platica. Y fuimos de vuelta a los autobuses. El cual, por suerte, ya había solucionado el problema de aire acondicionado. Y sin más preámbulos nos dirigimos al Cañón de sumidero.

Yo pensaba desconectarme del mundo absolutamente durante el fin de semana. Pero me di cuenta de que pasaría bastante tiempo en el autobús, así que abandone la idea, y aunque si aprecie el paisaje y platique con mi papa, confieso, no deje de revisar mi FB si tenía oportunidad. Aunque tampoco me angustie mucho cuando perdí la señal.

Un trayecto de aproximadamente una hora, y nos encontrábamos en el Cañón. Comencé a grabar. Lo primero que se ve es un mercadillo. Como el que siempre hay a las entradas de los lugares turísticos o de los balnearios. Puestos vendiendo artesanías, llaveritos, en algunos casos, cosas que no si quiera son propiamente artesanías. Pero lo que resaltaba, es que, a diferencia de otros lugares, se veían muchas telas de colores muy vivos. No era ropa blanca con el clásico bordado. Era ropa colorida y bordada con diferentes imágenes. Pero el tiempo apremiaba, así que nos movimos rápido.

A la izquierda de esos puestecillos unas escaleras azules llevan hacia donde salen las lanchas. Nos pusieron chaleco salvavidas a todos, y poco a poco nos fuimos colocando en una lancha con una capacidad para 30 personas aproximadamente. Y aunque yo quería un lugar hasta el frente, mi papa eligió justo el último de la derecha. Al final resulto mejor, pues el guía iba justo atrás dando explicaciones sobre la profundidad, el tamaño de las paredes, así como de la fauna que habita ahí.




La lacha zarpo, de principio, en el punto del que salimos no se veía gran cosa. Pero al acércanos a la entrada del Cañón, me di cuenta, es enorme, es majestuoso. Me sentí pequeña. Y también mi mente fantasiosa divago un poco y pensé en la escena del señor de los anillos, cuando Aragon le muestra a los Arathorn a Frodo. Así es la entrada al Cañón, solo que sin las estatuas, claro.



El recorrido en lancha es de una hora y media. Primero nos mostraron la "playa de los buitres". Cientos de buitres se encontraban sobre una ropa grande de color pálido. Pasamos a su lado y apenas nos pusieron atención. Cuando la lancha se puso nuevamente en movimiento, alcance a divisar que un poco más arriba de la llamada playa, también había iguanas enormes caminando salvajes por la tierra. Me dije a mi misma que tenía que contarle a mi mejor amiga, quien tiene una en casa. Le hubiera gustado seguramente, pero no alcance a tomar foto, espero haya quedado grabado (no lo sé porque aún no he revisado las grabaciones).




Así continuo el recorrido, el sol estaba en lo alto, fuerte, pero la brisa generada por la lancha hacia que el viaje fuera fresco. Durante esos minutos contemple como se iban haciendo más altas las paredes, y según el guía nos comentaba, también él se iba haciendo más profundo. Del lado derecho, el que iba viendo yo más, estaba lleno de cuevas pequeñas cada cierto espacio. Imaginaba nadar ahí dentro, se veían tan frescos. Pero abandone esos dulces pensamientos cuando me encontré un elemento de la fauna de nuestro país que debería estar extinto, y que además de no tener nada que hacer en aguas como esas, no tendría como llegar a aguas como esas. Ahí estaba, exuberante un pez botella de refresco fanta de 2 litros! Y no solo eso, mas allá se veía todo un banco de peces dela misma calaña, algunos más grandes, otros más pequeños, pero al final, ninguno tendría que estar ahí, en una joya como es el Cañón del sumidero.

Un poco más adelante de esto la lancha se detuvo, y nos mostró de nuestro lado izquierdo la pared más alta. Alcanzando los mil metros de altura, ni siquiera mi foto salió completa. Era inmenso. El guía nos contó que para no ser esclavizados por los españoles, algunos de los hombres, mujeres y niños que vivían en la región, prefirieron saltar desde aquella pared, esperando escapar sin duda. Hombres valientes, nativos de esa tierra que prefirieron morir que ser esclavizados, y nosotros... echándoles peces botellas a su memoria.

Un poco más adelante  vemos que hay otra lancha detenida mirando hacia los árboles. Y ahí alcanzamos a ver monos araña brincando de un árbol a otro. Tan libres. La gente ríe. Yo alcanzo a grabarlos en la cámara en el momento justo en el que dos salen disparados al mismo árbol. Debo decir que me gustaron, es muy diferente verlos ahí, que en el zoológico.

Avanzando en el recorrido hacemos parada en una cueva más grande que las que había visto en el camino. Las paredes están pintadas de rosa, de un rosa natural, y al fondo dicen, está la figura de un cristo en el mismo color rosa. Yo solo veo la figura de un hombre. Arriba de el se encuentra un altar a la virgen de Guadalupe, y el guía nos indica que los 12 de diciembre se lleva una peregrinación en lancha hasta ese lugar. No soy creyente, así que solo pienso en Guadalupe, mi mama, y guardo silencio, pensando que seguro el echo de que haya paredes rosas naturales le gustara.




El recorrido sigue, y finalmente termina en una formación llamada "el árbol de navidad". Y es que, en verdad parece un pino. Sobresale de las paredes de piedra y esta cubierto de musgo, nos dicen que cuando lleve el agua cae por ahí como cascada. Un espectáculo hermoso, supongo, me gustaría verlo algún día. Todos tomamos las respectivas fotos, pero es muy grande, apenas sale completo. La lancha da la vuelta, y vamos de regreso.




Sigo grabando y tomando fotos. Y entonces, la lancha hace de nuevo una parada, a nuestro lado, un cocodrilo toma tranquilamente el sol. Al principio pienso que no es de verdad, puesto que no se mueve. Pero justo entonces, nos voltea a ver y se mete al agua, desaparece bajo un banco de peces basura. Un poco más adelante nos encontramos a otro cocodrilo, este se deja ver aún menos tiempo. Pero lo alcanzo a divisar bajo el agua, es tan poderoso verlo, como se mueve lento y letal.



Y el recorrido finaliza, bajamos de la lancha y empiezo a escuchar las conversaciones de los otros. "Ay! hace mucho calor no? Estoy sudando muchísimo. Viste lo que trae puesto fulanita?". Decido mejor no escuchar, contadas son las personas que, como yo, hablaban de la belleza natural de la que acaban de salir. Oh gente. Mi papa, por suerte, es una de esas personas, así que nos ponemos a hablar de lo mucho que nos gustó, y de los cocodrilos mientras elegimos postales. Yo elijo una para mi hermana, y una para mi amigo, al que le prometí regalarle el Cañón del sumidero.



Para nuestra sorpresa, al volver a los camiones estos  nos ofrecen botellas de agua, papas y cervezas. Nadie se resiste, las cervezas son lo más solicitado. Mi papa y yo tomamos unas botanas, unas botellas de agua, y nos sentamos en nuestros lugares en el camión. El camión avanza y después de unos 20 min nos empieza a entrar sueño. El recorrido al lugar al que comeremos es de hora y media. Así que, a dormir.

Llegamos al Restaurante jardines de San Cristóbal. Hermoso lugar, fresco. Entramos al salón y vemos que hay mesas para más personas de las que hasta ese momento éramos. Entonces nos enteramos que hay otros 2 camiones más que llegaran después de nosotros. En total, se calcula que éramos 180 personas. Nuevamente hay buffet.

Ahora, los que me conocen sabrán que soy extremadamente melindrosa. No como aguacate, ni champiñones, y en general soy muy mala para probar comida nueva. Pero estando en otro estado, en una oportunidad como esa, decidí no negarme. Pero, para sorpresa de todos, no había comida típica chiapaneca en el bufete. Había arrachera, cochinita pibil, ensaladas, sopa azteca, pollo con mole, y una gran variedad de postres. Un poco decepcionada y aliviada a la vez, me serví un poco de todo lo que había, menos postres, no me gusta lo dulce. Comimos y llegaron los otros 2 camiones. Había mucha plática. En nuestra mesa se sentaron 2 mujeres que trabajan en el medio, y que venían de Chihuahua. Se pusieron a platicar con mi papa, y pasamos la comida oyendo tanto de asuntos de trabajo, como de experiencias en otros lados, como de los lugares de donde venían. Y entonces mi papa me explico, que todas las personas que estaban ahí venían de distintos lugares de la república, que de echo, los de la ciudad eran los menos.



Cuando la comida finalizo nos organizaron en grupos y nos indicaron cuales serían nuestros hoteles. Siendo Cristóbal de las casas un pueblo pequeño no había un hotel suficientemente grande para todos, por lo que nos dividieron en hoteles en el centro.



Nuestro hotel se llama Plaza Gallery. Pequeño pero elegante esta en esquina frente a la catedral. Al llegar nos ofrecen vino tinto con café, la bebida se toma caliente. Los que lo prueban dicen que sabía delicioso, que jamás se les hubiera ocurrido tomar el vino así. Yo, por desgracia no podía probarlo. Cuando llegamos a la habitación nuestras maletas ya se encuentran ahí, y nuevamente mi mente divaga y pienso en como el equipaje de Harry siempre llega a su dormitorio antes que el. Y además, hay regalos! En la cama de mi papa hay una guayabera, elegante, preciosa. Y en mi cama hay una pequeña bolsa café con la marca "Lagrimas de la selva" y una triqueta en la parte de enfrente, sobre un rebozo de azul media noche intenso, precioso, hermosamente tejido. Al abrir la bolsa encuentro una bolsa azul mas pequeña, la abro y encuentro dentro un certificado de autenticidad del ámbar que me ha sido regalado. Colgando de una cadena de plata, ahí esta, una piedra preciosa, de color hermoso, cuya historia viene escrita en un folleto también dentro de la bolsa.

"Descubre el ámbar de Chiapas, en el taller y joyería Lagrimas de la selva
Hace millones de años un árbol lloro, al igual que las lágrimas de un niño cuando se deslizan en su rostro, probablemente representaban tristeza. Las gotas de resina al resbalar por la corteza, trataban como una herida que sangra en los animales, curar heridas. Lo maravilloso de ellas es que, a su paso, recogieron y preservaron rastros de vida. En ellas quedaron embebidos fragmentos de plantas y flores además insectos que fueron atraídos por el dulce olor que desprendían. Después las gotas se detuvieron, endureciéndose y cayeron al sueño enterrándose en un suelo arenoso preservando, como una increíble fotografía, imágenes del pasado. Instantes de vida de hace millones de años.
Rene Hernández Rivera
Paleontólogo mexicano"



Con cuidado coloco los regalos en el closet de la habitación. Y me voy a dar un baño. Cansados pero sin ganas de dormir aun, mi papa y yo salimos a conocer el centro de San Cristóbal de las casas. 

Como dije antes, nuestro hotel esta situado justo en contra esquina de la iglesia. Es una gran explanada, hay mucha gente. Claro, es viernes. Caminamos un poco mas allá y del lado derecho vemos un jardín con un quiosco en medio. Una marimba esta tocando ahí, vamos caminando por la orilla, y vamos a una calle que es solo para peatones. Y el cambio es raro, los sonidos son raros. Es una mezcla enorme de lenguas, hay franceses sentados en restaurantes italianos, y españoles en la mezcalería. Hay un sin número de restaurantes, cafeterías. La mayoría italianos y argentinos. Hay muchos gitanos, y turistas. La música moderna sale de cada uno de los locales. Pero todos sin excepción tienen velas en las mesas de afuera. Es una mezcla rara, moderno con antiguo. Los edificios todos son como en un pueblo mágico deben de ser por fuera, pero por dentro están llenos de pantallas y luces de color. Por la calle hay muchos gitanos vendiendo collares, y los chiapanecos que ves no hablan español, todos hablan en su lengua. Incluso escucho un grupo de muchachos diciéndoles, lo que parecen ser piropos a un grupo de chicas. Es una variedad enorme. Hay muchas tiendas que venden ámbar. En todas los precios son mas o menos lo mismo, pero no pregunto en ninguna si dan mismo certificado que venía con mi collar. Los lugares en donde venden artesanías son contados, muy pocos y no con mucha variedad. Lo que mas abundan son las mochilas tejidas.
Caminamos todo el corredor, y luego de vuelta. Empezamos sentir los efectos del cansancio así que decidimos irnos al hotel nuevamente, pero dar un rodeo para llegar hasta ahí. En el camino vimos que había otro corredor parecido. Solo que este tenía mas claramente un antro, o música mas fuerte. Pero al final era lo mismo, una mezcla de gente, una mezcla de lenguas, una mezcla de música.
Cansados, pero contentos, fuimos a dormir.





PARTE 2 CHIAPAS ES CRISTALINO


A la mañana siguiente nos levantamos temprano, tomamos un baño y nos vestimos. Y aquí dude. En el programa que nos entregaron no venía nada de usar trajes de baño, no decía que fuéramos a nadar en ningún lago. Pero la vocecilla de mi mama me susurro al oído "llévate el traje de baño por si las dudas, mas vale prevenir", así que siguiendo su voz me puse el traje de baño debajo de mi ropa. Dejamos todo listo y nos fuimos a desayunar. Bufete nuevamente, y nuevamente solo desayunos normales, nada típico. Cuando terminamos fuimos de regreso al cuarto, tomamos las cosas que necesitaríamos ese día, y salimos a tomar el camión, que nos llevaría al otro camión, que nos llevaría a las Lagunas de Montebello.

El viaje de San Cristóbal a las lagunas es de 3 horas y media, un muy largo camino. El paisaje va cambiando mucho, pero lo que mas se ve es lugares casi despoblados. Por el camino el guía nos va explicando algunas de las tradiciones del área. Nos comenta por ejemplo, que los borregos son sagrados. Se les quita la lana, pero no se comen, y matar a un borrego de alguien equivale a matarle a un pariente. Las mujeres usan una especie de falda negra, que en la ignorancia muchos pensamos eran de peluche, porque, parecían sacadas de la familia peluche, el guía nos explica que entre mas "peluche" tenga la falda es porque la familia tiene mas borregos, y es lana de lo que esta echa. También nos comenta un poco sobre los zapatistas, y nos dice que el nombre del Subcomandante MARCOZ, no es otra cosa que iniciales de los pueblos indígenas de la región. Me gustara recordarlos, pero me temo que solo puedo recordar los 2 que yo visite, y me temo que en internet no he encontrado esta información: C de chamula, y Z de zinacantepec.

Finalmente llegamos a las Lagunas de Montebello, es apenas una parada, como si nos detuviéramos en un mirador, no hay nada alrededor, y apenas hay 3 puestos en donde los autobuses se estacionan. Un puesto de quesadillas, y 2 de artesanías es todo lo que se ve. De inmediato una niña se me acerca, me pregunta y nombre, se lo doy, y empieza a cantarme una canción, al terminar me pide unas monedas. Lamentablemente no llevaba conmigo dinero, así que enojada se fue a cantarle a alguien mas. Nos dicen que tenemos una hora para ver las lagunas, todos se desperdigan, son 3. 

Le propongo a mi papa empezar con la Laguna Ensueño, que se encuentra cruzando la carretera. Para llegar hay que bajar lo que son escalones improvisados, pero desde que uno se asoma, se asombra. El agua es de un color turquesa vibrante. El agua esta completamente limpia, rodeada de árboles, con un pequeño muellecito. El color es hermoso, apenas puedo dejar de verlo, es como el color del mar de Cancún, o como en las fotografías de las postales, es hermosa. Me dan unas ganas de nadar en esa agua, pero los guías nos indican que no se puede nadar, ya que esa agua se utiliza para consumo humano. Para consumo humano! el agua esta en perfectas condiciones, sin peces botella, sin nada. Es pura y perfecta. 



Después de tomar muchas fotos y video, nos dirigimos a la segunda laguna. La Laguna Encantada esta del lado izquierdo, y la Laguna Esmeralda del lado derecho. Desde el punto donde empiezan a bajar los escalones se alcanzan a ver las 2 claramente. La Laguna encantada tiene también un hermoso tono azul, un poco mas claro que el anterior, pero igual de hermoso. Es mas pequeña, pero igual de hermosa, roba el aliento verla. La Laguna Esmeralda tiene un color verde muy feo a decir verdad, acostumbrados a ver verde el lago de Chapultepec, me hace pensar en contaminación, aunque se que no es así en ese lugar. El verde de ahí es natura, y es la laguna que se extiende mas, aun así, me parece hermosa, las formas con las q se pega a la tierra.





La hora termina mas rápido de lo que esperábamos y volvemos a los camiones, en donde esperan mas cervezas y botellas de agua. Nos subimos. Me disponía a dormirme pensando en que habíamos viajado 3 horas y media, y solo habíamos estado ahí apenas una hora. Sin embargo, el guía nos anuncia que nos dirigimos a otro lago, el Lago Pojoj en el que nos darán un paseo en balsas. El sueño se me va.

Es un trayecto de apenas 15 min. El lugar se ve un poco mas ocupado, hay baños, y varios puestos en los que venden cacao, y mariguanol (pomada para los moretones). De inmediato nos formamos en la fila que baja para subir a una balsa, que nos explican, esta echa de cocho. Son apenas troncos únicos con unos asientos improvisados, están hechas para 6 personas y tienen remos. Pero al ir bajando veo el paisaje mas hermoso del mundo. Es un lago no muy grande, rodeado de pinos, parece bosque canadiense alrededor, y en el medio hay una pequeña isla, que es a donde nos dirigimos en las balsas, a ver las variedades de orquídeas que ahí crecen. El agua es pura, perfecta, azul, cristalina, en algunos lugares se ve mas clara. Pero en general se ve hermosa. Apacible. Nos proporcionan un chaleco salvavidas y subimos a la balsa. Yo no resisto mas el impulso y le pregunto al chico que nos llevara que si es posible nadar, me dice que si, que si quiero cuando lleguemos a la isla hay una pequeña playa donde puedo nadar. Emocionada me saboreo la perspectiva, y le agradezco mentalmente a mi mama por sus consejos.



Vamos en la balsa, tomo fotos, y video, pero no por mucho tiempo. Prefiero disfrutar y soltarme de todo, me entrego absolutamente al momento. Escucho como los remos rompen el agua, es un sonido tan dulce como el agua sobre la que voy. Un sublime sonido que activa mi mente fantástica, y recuerdo nuevamente una escena del señor de los anillos, recuerdo claramente la primera vez que vi la película, y como al ver y escuchar los remos al salir de Lorien se me antojaba sentir el agua. Y aquí estoy, sintiendo el agua. Al llegar a la isla el grupo se divide, vamos a ver las orquídeas de colores que crecen, les tomo foto, y hago nota mental de contarle de todos los colores que hay, pero se de antemano, que las rosas pálido le hubieran encantado. 



Caminamos un poco mas en la pequeña isla, vemos como se ve el lado desde distintos ángulos y finalmente, me quito la ropa que llevo encima quedándome en traje de baño, y sin mas, me echo un clavado al agua. El agua esta fresca, una temperatura perfecta para el clima. El agua es suave, no es pesada como la del mar con toda la sal, o como la de las albercas con cloro, es suave, es como nadar en seda. La gente en las orillas me pregunta que como esta la temperatura, les respondo que perfecta, se ríen y solo me miran nadar. Nadie mas lleva traje de baño, solo miran anhelando. Nado un rato en el mismo lugar donde estoy, pero como tenemos el tiempo contado le digo a mi papa que solo le daré una vuelta a la isla y volveré. Y eso hago, me alejo un poco de la orilla, algo temerosa puesto que nunca había estado en un lugar con tanta profundidad, pero feliz. Mientras nado despacio voy viendo los árboles, y grabo cada segundo en mi memoria. En ese momento, lo juro fui infinita. Yo no era yo, yo era el agua en la que nadaba, los árboles que lo rodeaban, la tierra que custodia ese mágico lugar, era el viento que hace sonar los árboles. Es un momento que jamás olvidare.



Regrese a tierra a regañadientes, me dieron una toalla y me seque, todos me preguntaban que como se sentía, y yo solo sonreía y decía que era lo mas perfecto del universo, se reían. Nos subieron de nuevo al camión para llevarnos a donde iríamos a comer. Yo iba secándome y sonriendo. Al cabo de media hora llegamos al lugar donde comeríamos. Un pequeño hotel a la mitad de la nada, literal, en donde hay una hacienda con cafetales. Había una carpa en medio extenso jardín y mesas redondas, tenía toda la pinta de ser para una boda. Nos sentamos con los amigos de mi papa y sus esposas, en una mesa hasta atrás, nos daba el aire, así que termine de secarme rápido. Antes de comer nos dieron una explicación sobre los procesos del café, y nos mostraron las "bayas" de café, también nos dieron a probar. Antes de que me dijeran que solo se chupaban yo ya había mordido, saben como a uva con café, y lo que queda son solo los granos. También nos dieron una explicación breve del ámbar. 



Durante todo ese tiempo de exposición me dieron muchas ganas de reír. Cuando los niños no se callan durante un evento así los padres nos regañan, y nos dicen que no hay que ser mal educados, y ellos mismos guardan silencio. Pero estando como estábamos, puros adultos, nadie se molestaba en guardar silencio o poner atención. Solo una pequeña fracción estábamos escuchando atentamente y nos acercamos a probar el café. Todos somos niños chiquitos al final, supongo.



Durante la comida se hablo de trabajo, por lo que yo no participe, hasta que todos me preguntaron si había nadado y conté mi historia. El esposo de una de las agentes, que estaba sentado a lado de mi conto que el también llevaba su traje de baño, pero que se había decidido muy tarde a entrar al agua y no le había dado tiempo. Dijo que se arrepentía mucho porque el era nadador de competencia. Pasamos un buen rato hablando de eso. La comida (pastel de carne con puré de papa, y postre de dulce de limón) termino pronto y me fui a conocer los cafetales. Pero apenas se veía algo, unas cuantas plantitas apenas creciendo. El hotel por otro lado tenia una hermosa decoración, doce cuartos decorados cada uno de un país europeo diferente.





Al terminar volvimos con pesar al autobús, nos esperaba, ahora si, el viaje largo de 3 horas y media de regreso. Me dormí la mayor parte.

Llegamos a San Cristóbal ya entrada la noche. Nos llevaron al hotel, tome un baño y nuevamente salimos al centro. Paseamos por el mismo corredor y por el otro que habíamos visto. Lo único diferente fue que había mas gente, costaba trabajo caminar sin pegarle a alguien. Nos detuvimos a cenar en un restaurante libanes. Y desde luego pedí lo que mas me gustaba: Tabbouleh; desde que lo probé la primera vez por sugerencia de un novio de ascendencia árabe, me encanto. Así que esa noche lo pedí y lo disfrute junto con el ambiente, la música árabe, y viendo como las personas tan diferentes pasaban caminando buscando donde cenar.



Muertos de cansancio y llenos, nos fuimos a dormir.


PARTE 3 CHIAPAS ES MISTICISMO


Esa mañana no había actividades programadas, así que nos levantamos tarde y vimos una película después de desayunar. Después de darnos un baño y arreglarnos salimos a los camiones. Ese día nos tocó una guía diferente: la señorita Laura de Chiapas, como nos dijo que se llamaba, a quien le agradezco muchísimo toda la información que nos proporcionó. Lamento decir, sin embargo, que de estos 2 pueblos de los que hablare no tengo muchas fotos, porque esta prohibido tomarlas. No les gusta a los lugareños puesto que dicen que nos robamos el alma.



El camino fue corto, escasos 20 minutos hasta el primero pueblo de Zinacantlan, que significa "lugar de murciélagos" en lengua tzotzil, que es su lengua nativa. La mayoría de ellos habla español ahora como segunda lengua. El pueblo se sostiene principalmente de exportar flores. Hay muchos y grandes invernaderos que se pueden ver al ir llegando al pueblo. Las casas se ven de todo tipo, algunas a media construcción y otras grandes y coloridas. Vemos que hay muchos borregos en las casas, todos bien cuidados.

Al llegar a la iglesia principal, Laura nos explica, no son católicos completamente, tiene bautismo, y hay un padre que oficia las misas, sin embargo, aun se pide permiso a la tierra para tratarla. Hay figurillas de santos, de todos ellos, y se les ofrendan velas, pero es diferente la forma de ver a los santos, aquí, cada santo tiene colgando un espejo. Para que uno al hablarle se hable a si mismo, haga retrospección, porque ellos dicen "al santo no lo engañas, eres tu el que se engaña, se honesto contigo". La iglesia por dentro es una variedad multicolor, diferente de las demás iglesias esta no esta llena de oro y grandes figuras de Jesús sufriendo. Esta llena de santos vestidos de vivos colores, de velas, de bases de velas con formas de animales, jaguares la mayoría. La gente reza en español y canta en tzotzil. El ambiente es diferente. No hay ese olor a incienso, no hay ese silencio incómodo. Por primera vez en mi vida puedo decir que me gusta una iglesia, porque la gente va a pedirle a la tierra y a ofrecerla a dios, no al revés.

Al salir de la iglesia unos 5 niños acorralan a varios del grupo con el que vamos, todos piden monedas, algunos reciben, otros no y se van enojados. Nos movemos caminando a lo que nos dicen es la casa de una chica que hace telares de cintura. Al llegar vemos que es un museo-tienda improvisado, pero muy grande y hermoso. Hay chales, cinturones, blusas, jorongos, juguetes, todos tejidos en cintura, todos hermosamente tejidos, todos de colores vivos, resaltando mas el morado, que es el color que usan las mujeres de la comunidad. Aquí no se usan las faldas de lana negra, sino hermosos vestidos morados con chales de flores bordadas. Al entrar nos presentan a Juanita, una alegre muchacha a la que cuesta hablar español y nos muestran como hace los telares. Se inca en el piso, se pone el telar y comienza el trabajo. Mientras Laura nos va mostrando trajes típicos y nos explica quienes los usan, y nos da los costos de algunos. Los mas impresionantes, considero yo, son el vestido de novia, que esta echo en telar y con plumas blancas, tiene un costo de $15,000 y un jorongo para hombre echo de corteza de árbol de unos $10,000. Sin embargo todo es hermoso, todo es hecho a mano. Juanita nos cuenta que los tapetes y blusas dependen de los sueños de las tejedoras, ahí plasman lo que ven en el mundo onírico.



Entonces nos pasan a la cocina, y nos ofrecen tortillas hechas a mano, que María prepara. Tortillas hechas a mano, frijol les como nunca había probado, y diferentes salsas. Así como una bebida echa de cacao, y nos dan a probar el famoso "pox" que significa "medicina, curación". Es utilizado en algunos ritos de sanación, y es un destilado de caña de azúcar, maíz y trigo. Es fuerte, dicen que calienta el corazón.



 Y en este punto agregaré información que nos dio Laura acerca de sus tradiciones y costumbres:
Tanto en este pueblo en el que me encontraba, como en el que estábamos por visitar, se tiene una jerarquía establecida de "gobierno". Desde luego hay presidentes municipales, sin embargo, la verdadera autoridad ahí se llaman "Mayoles", ellos son los ancianos del pueblo, son a quienes se les consulta primero en caso de tener alguna inconformidad, y ellos deciden si el asunto debe trascender o no. A lado de la iglesia tienen una pequeña mesa donde se sientan a debatir. Las armas en ambos pueblos esta prohibida, los policías solo llevan palos de madera. Y si tienes alguna enfermedad, lo mejor y lo primero es ir con un "Ilol", ellos son los curanderos, y no deben ser confundidos con chamanes aunque sus prácticas se parezcan un poco. Ellos curan a nuestro "Chulel", es decir el alma, afirman que si alguien esta enfermo es por que su Chulel (que normalmente es algún animal) esta perdido. En estas curaciones se llega a usar el pox.



Después de esas tortillas, la gente empezó a salir a ver que compraba. Como ya dije todo es caro puesto que esta hecho a mano, cada costura, cada flor. Nada esta echo en serie, ni por medio de ninguna máquina. Es un trabajo que les lleva meses, es valiosísimo. Pero no falto la mujer que con lentes de sol carísimos, y la papa en la boca, trato de regatear para no pagar $1,500 por un hermoso tapete de flores. "Cuanto es lo menos, lo menos reina? para que me lo lleve". Sentí un odio tan grande, sentí tan horrible, como Juanita, que se la pasa hincada MESES trabajando y que tenga que tratar con gente tan inculta. Me salí del lugar junto con mi papa, que estaba igual de enojado que yo. Como podemos gastar cientos de pesos en un café d Starbucks, gastar miles en lentes de sol de marca, gastar decenas de miles en relojes, y no poder pagar $1,500 a una ARTESANA?!



Enojada me subí al camión, y cuando todos volvieron, nos encaminamos a San Juan Chamula. De este lugar es aun mas difícil tener fotos. Sus costumbres están mas arraigadas, como su religión. Ahí no son católicos, hay una iglesia, pero por dentro es todo menos una iglesia católica. Usan los símbolos de las cruces en los cementerios, y en las casas, pero no como símbolos de Jesús, si no como la forma del maíz. Ellos adoran a la madre naturaleza, ella es su madre, su proveedora, y diosa. El mercado del pueblo es como un tianguis normal en cualquier lado, si acaso varia en que venden esas faldas negras de lana, que aquí si, la mayoría de las mujeres usa. Cuando caminaba me tope con una que llevaba su falda, y en el cinturón un iPhone, me apene al darme cuenta que yo pensaba que esas cosas no funcionaban ahí. La iglesia esta en centro, de lejos alcanzamos a ver a los Mayoles retirarse, regresaban de un juicio. Los días domingos hay juicios públicos. Para entrar a la iglesia te piden no tomes fotografías, y debes quitarte lentes de sol y sombreros. Así hicimos, y ahí entramos.
La primera impresión es que estas en una cueva. El suelo esta cubierto de hojas de pino, todo, absolutamente, y los santos (con sus respectivos espejeos) están dispuestos por todas las paredes laterales. Cientos de velas estar ahí, pegadas con la misma cera al piso que esta debajo del pino. Hombres y mujeres están hincados cantando en tzotzil. Las velas que ofrendan son de diferentes tamaños y colores, y también deben llevar algo que ofrendar, como comida o refrescos, o lo que sea que vayan a pedir. Los que venden plástico, por ejemplo, llevan plásticos, los que venden vino llevan vinos. Y todos cantan para pedirle a la tierra les permita tener ganancias a su costa. Cerca de la entrada hay una pequeña pila bautismal, dicen que casi no se usa, que una vez al mes un padre ortodoxo lleva acabo algunos bautismos, pero es el único. Los padres católicos no entran ahí, ni cristianos, ni judíos, ni de ninguna otra religión que no sea la suya. Su pueblo resistió incluso a los españoles, no se dejaron conquistar por la virgen morena así nada mas. Como dije, si bien tienen santos, los equiparan con los dioses menores. Hasta el frente de la iglesia, en el altar de la virgen vimos a una familia, al parecer el niño pequeño estaba enfermo, le estaban haciendo una limpia. El Ilol cantaba en su lengua, mientras le pasaba una gallina por el cuerpo, y sus padres prendían velas y cantaban también. No puedo explicar lo que se siente estar ahí y ver eso. Para mi, que no soy católica, fue encontrar un lugar dedicado a la madre tierra es lo mas impresionante y hermoso. Estar ahí significaba gran espiritualidad, no religión, y los cantos aunque no los entendía, llenaban eso que las oraciones y los coros de las iglesias nunca pudieron en mí.

Foto sacada de internet



Salimos, muchos católicos enojados, obviamente. Regresaron al camión sin mas. Yo en cambio me quede ahí un rato, sintiendo la magia, el misticismo. Mi papa y sus amigos también dijeron que era raro, y entonces les dije "los raros aquí son ustedes, esta gente ha vivido así siempre, sus creencias son las raras", no me respondieron nada mas.

Volvimos al camión, regresamos a San Cristóbal a prepararnos para la cena de clausura. Ojala hubiera tenido mas tiempo de estar ahí.


PARTE 4 PADRE E HIJA


En esta parte del relato hablare de la relación con mi papa, así que si no es de su interés, puede saltarse esta parte.

Aun no habíamos comido, así que volvimos a cambiarnos al hotel, y salimos a buscar que comer. Como dije había una gran variedad de cosas, pero previniendo que en la cena habría mucha comida decidimos solo comer una torta. En todo el viaje habíamos hablado solamente de lo que habíamos visto, y de la cultura que se desplegaba ante nuestros ojos. Sin embargo, en esta comida mi papa me hablo de su trabajo. Me conto anécdotas de sus viajes, me pregunto sobre mis planes a futuro. Me dijo que él me quería heredar su trabajo en algún punto, que ojala me interesara. Y la verdad es que siempre me ha interesado. Mi mama y mi papa se dedicaban antes a lo mismo, y siempre me había atraído, pero como nadie nunca se sentó a explicarme bien o que tenía que hacer mi interés fue guardado, sin embargo mi papa se propuso ayudarme a entender. Hablamos sobre mi vida, los errores que había cometido, los suyos. Fuimos padre e hija, como hacia mas de 10 años no éramos. De pronto hubo un trueno, y una lluvia fresca y fuerte empezó a caer.



Los que me conocen sabrán que le tengo amor a la lluvia, que adoro mojarme cuando llueve, saltar en los charcos. Pero como iba con mi papa le señale un lugar para refugiarnos, y su respuesta fue "No, quiero mojarme. En la ciudad no puedo porque siempre traigo papeles y el traje, pero aquí puedo mojarme lo que yo quiera", como explicar lo que sentí en ese momento? Caminando bajo la lluvia con mi papa? Mi papa sonriendo! Nos tomamos fotos, y nos reímos de lo mojados que llegamos al hotel en donde nos esperaban con toallas, pero mi papa las rechazo porque quería mojarse mas. No se metió hasta que empezó a granizar. Fue un momento, uno pequeño, pero lo valoro como un tesoro.

Vimos mas películas en lo que esperamos que fuera la hora de la cena, la cual se retrasó debido a la lluvia. Me puse un vestido azul que quedaba a juego perfecto con el  chal azul que me habían regalado, y me puse el collar de ámbar. Lucia hermoso. Mi papa se puso su guayabera, y cuando nos avisaron salimos a los camiones. De la cena no hay mucho que contar, es una cena para los trabajadores en donde se les da reconocimiento, y se muestran videos de a donde serán los viajes del siguiente año. Casi no hablamos porque estaba hablando con sus amigos sobre los planes de trabajo. La cena fue agradable y corta. Los directores hablaron, y pronto termino. Nos fuimos en los autobuses de regreso. Llegamos a hacer maletas, y a dormir.




PARTE 5 THERE AND BACK AGAIN


A las 4 de la mañana sonó la alarma. Lentamente me vestí y termine de guardar las cosas en la maleta. Nos fuimos en los camiones al aeropuerto, todos somnolientos y esperamos. El avión se retrasado un poco, pero finalmente partimos. Cuando salimos, sentí nostalgia, sentí que me faltaron horas para disfrutar ese hermoso lugar. Pero era hora de volver. Vi las nubes y jugué como niña a hacer formas con ellas todo el camino. La mejor fue un lobo, pero cuando le quise tomar foto ya había desaparecido. No hay nada mas que contar del viaje de regreso, solo, tal vez, que vi la enorme capa de contaminación sobre la ciudad mucho antes de llegar.

Mi papa me trajo a mi casa, me dejo en la puerta, me agradeció por ir. Sonreí. Sentí feo no estar nadando en el lago, pero cuando entre, tenía tantas ganas de abrazar a mi mama, a mi hermana y darle a mi gato un enorme beso. Deseaba tanto escribir esto, y contarles a todos, todo lo que vi, y decirles a los que amo que pensé en ellos durante el viaje. Así que espere a que mi mama llegara...


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