martes, 29 de noviembre de 2022

Feliz aniversario

 Cuando estaba pequeña leía una revista llamada "WITCH", que no era otra cosa, que un comic sobre chicas que tenían poderes sobre los 4 elementos, eran adolescentes amigas, y tenían aventuras juntas. Recuerdo que me gustaba correr a comprar cada nueva edición, y me emocionaba al ver sus historias, sus sentimientos.

En una de estas ediciones el novio de una de las protagonistas quedaba atrapado en otra dimensión, o algo parecido, la verdad es que no recuerdo la historia completa. Pero lo que recuerdo, como si lo tuviera tatuado en los ojos, era la frase que la protagonista usaba para iniciar la historia:


"Todo adiós debería estar acompañado de un tiempo de preparación."


Que fuerte llego esa frase, que cierta se me hizo, a mis impresionables 12 años. Pero claro que tenia todo el sentido del mundo! Si pudiéramos prepararnos para decirle a adiós a alguien a quien amamos al salir de una relación, hacer la transición lentamente, sería perfecto! Que bonito poder compartir ultimas platicas, últimos besos. Y la idea se quedo impregnada en mi cabeza, por muchos muchos años, y como una semilla que germina, se quedo ahí, en mi corazón, en mi mente.


Así que al inicio de este año, cuando decidí separarme, y acordamos ser amigos, pensé en esta frase, y dije "este es el momento, vamos a decir adiós, pero vamos a hacerlo poco a poco". Entonces prepare mi mente y mi corazón, con esta frase como escudo, y evite desapegarme, evite un corte limpio, y seguí ahí, ni con el, ni sin el. Pero poco a poco me fui dando cuenta de que, en realidad, me estaba lastimando muchísimo, que no estaba iniciando el proceso que me correspondía, que estaba evadiendo la realidad y abriendo mas la herida. Y decidí que tal vez, esa frase, ese escudo, realmente era falsa, que no se podia aplicar a las relaciones de pareja. Y por primera vez, sentí el dolor profundo de saber que cuando te separas de alguien, por las buenas, o por las malas, el dolor que queda, y las huellas, son muy difíciles de superar. No hay preparación suficiente para sentir ese dolor, no hay tiempo para últimos nada, porque cada contacto es doloroso, frio, esta corrupto.


Todos dicen que nos vayamos de donde no estamos contentos, que los cambios son buenos. Pero nadie nos prepara para el dolor enorme que es romper la vida que tenemos y salir a otra. Nadie nos prepara para el dolor de volver a nacer, no nos dicen que lloraras días y noches anhelando algo que tal vez ya no funcionaba. No te dicen que cuando te veas en el espejo ya no te vas a reconocer, nadie te prepara para el sentimiento de que estas desapareciendo. Si, hay que irse cuando nos estamos bien, cuando algo, por insignificante que parezca no nos llena, cuando el esfuerzo se ha agotado, cuando el amor no es suficiente. Hay que irnos cuando nuestra intuición nos dice que es momento de la retirada. Pero debemos saber que no es fácil, no es fácil salir de ninguna relación.


El dolor llegará y lo quebrara todo, sentirás el calor del sol como una quemadura ardiente, escucharas palabras de aliento como una ofensa, tu corazón estallara el sollozos, tu estomago ardera como fuego de infierno día y noche, tus ojos no pararan de llorar, tu cabeza rondara todos los escenarios y no te dejara dormir. Irse duele, y definitivamente es mucho mas difícil irse, que quedarse. Irse requiere romper un mundo, implica matar un idioma, una familia, un núcleo.


Y aunque si te dicen que saldrás adelante, tampoco nada te prepara para súbitamente darte cuenta de que estas haciendo cosas por tu cuenta, que tus sueños en pausa si son alcanzables. Que si, el dolor va a empeorar antes de mejorar, pero que si, que en efecto, mejorará. Algunos días serán mas soportables que otros.


Hoy, por ejemplo, para mi no lo es. El mirar el día de hoy a la vida que tenía el año pasado, es un salto abismal, abrumador, lleno de muchisisisimas cosas buenas, muchas. Pero también de dolor, de nostalgia. Los planes que tuve en el pasado, para este día en particular están tan lejanos a mi como si los hubiera planeado otra persona, en otro planeta, en alguna otra dimensión. Y duele, el mundo que fue mi hogar ha desaparecido, se extingue cada segundo, y a veces la idea es sofocante.


No encuentro aun las palabras suficientes para describir cuan extraña me siento, que tan foránea de mi propia vida, no encuentro la manera de explicar la perfecta armonía que hay entre mi dolor y mi felicidad en este momento. Como explicar el balance de cosas buenas y malas que ha traído este año.


De echo, las únicas palabras que puedo encontrar hoy, para describir este 29 de noviembre son: Feliz aniversario.