Un minuto de silencio por la cordura perdida, un brindis a salud de la indiferencia, y 2 lagrimas: una de tristeza por lo perdido y una de alegría por lo encontrado.
"Yo se muy bien lo que debo hacer, pero casi siempre lo hago mal. Y por eso estoy metida en un berenjenal..."
Resuena en mi cabeza la canción, y una lagrima cae apresurada a mi mano, donde las cicatrices aun no terminan de sanar.
Y entonces me rio, me rio sanamente, libre. Porque recuerdo a esas mujeres valientes que me enseñaron que la vida no se detiene, que nada ni nadie es indispensable. Veo hacia atrás y miro todo lo que perdí, y me duele, pero veo también lo que gane y me entusiasmo. La marea de sentimientos me llevo hasta la costa de nuevas amistades, al lejano puerto de plata donde las sonrisas se cosechan, y hacia allá fijo mi mirada, aunque el dolor de mi pecho me intente subyugar, aunque a veces la debilidad me lleve unos pasos hacia atrás, llevo ya muchos hacia adelante con el amor como talismán.
De 21 a 35 días se crea o se deja un habito. Yo en 20 me replante mi vida, mi futuro y se lo debo a ese lugar donde otros valientes seres humanos se enfrentan a una enfermedad que la sociedad no comprende, que les es difícil de aceptar o entender.
Este post no tiene otro objetivo que recordarles a esas personitas que vivieron esto conmigo, lo mucho que las quiero, lo valientes que son, y la fuerza que me inyectaron. Somos un grupo de raras, de diferentes edades, que sin embargo se supieron querer en un mal momento de nuestras vidas.
En resumen: GRACIAS¡¡¡
Ojala que lean esto ...
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